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- Sincio
Este restaurante de cocina cántabra de autor poco tiene que ver con la idea de potajes que solemos asociar con la gastronomía cántabra En Sincio encontrarás platos sencillos pero elegantes, elaborados con productos de altísima calidad. Este pequeño local se encuentra dentro del mercado de Antón Martín (en la planta inferior) y tiene una carta interesante, que recoge 13 platos equilibrados y muy atractivos. Nuestras recomendaciones: Uno de nuestros platos favoritos fueron las setas a la carbonara, aunque otros también merecen estar en el podio, como la croqueta de jamón con leche de pastoreo, los puerros con salsa romescu o la costilla de vaca. También el arroz y la fideua son espectaculares. Por último, no podéis terminar vuestra visita sin probar una de sus dos increíbles tartas: la de queso o la de chocolate, ambas cremosas y absolutamente deliciosas. El precio medio ronda los 35-45€. Puedes reservar a través de su web: ( https://www.sinciomadrid.com/ ). Metro cercano: Antón Martín.
- Levain (panadería)
¡Me entusiasma el pan! Ese alimento a base de harina de cereal, agua, sal y levadura , que nos ha acompañado desde tiempo inmemoriales. ¿Por qué cada día es más difícil encontrar un buen pan, de masa madre, que conserve el olor al cereal y a la levadura, con una masa esponjosa llena de matices y una corteza crujiente del tostado al horno? Me desespera que en la mayoría de los supermercados y de las panaderías solo ofrezcan panes insípidos, sin aroma, de masas precongeladas y sin ninguna personalidad. Mi solución para seguir comiendo buen pan es localizar una buena panadería artesana donde comprar panes que congelo para disfrutarlos a lo largo de la semana. ¡Menos mal que todavía se pueden encontrar en Madrid algunas buenas tahonas de barrio artesanas como Levain, en Ciudad Lineal ! Tipos de panes En Levain elaboran panes artesanos excelentes, con harinas de cereal molidas en piedra y fermentación natural. Tienen unos panes deliciosos que venden en hogazas de medio kilo o de kilo: de trigo blanco, de trigo integral, de mezcla de tres harinas, de centeno ... También destacan sus panes especiales: leche y avena, pasas y nueces, calabaza, aceitunas, tomates , etc. ¡Deliciosas las barras rústicas, las baguettes y las chapatas ! También tienen algunos bollos y postres muy ricos como su brownie de chocolate belga, sus magdalenas, el bizcocho de limón o el pan brioche. Metros cercanos: Ascao, Quintana, Pueblo Nuevo. Consejo: te recomendamos reservar con antelación, ya que algunos panes solo están disponibles por encargo y los fines de semana. Además es una panadería muy concurrida, así que es posible que si vas a media mañana ya hayan agotado muchos de los panes de ese día.
- Torrijas de brioche
Las torrijas de pan de brioche son una alternativa, más fácil y menos engorrosa, para preparar unas torrijas. Evidentemente, no son exactamente las torrijas que todos conocemos, pero el sabor es muy parecido y nos ahorramos tener que ir friéndolas en aceite, ya que se preparan a la plancha. Son una versión de las famosas tostadas francesas o " french toasts ". ¡Perfectas para preparar un desayuno especial ! Ingredientes: 1 L de leche entera. 1/2 L de nata (o en su defecto, de leche). 2 ramas de canela. Piel de 2 limones. 1/2 vaina de vainilla. 130 g de azúcar. 3 huevos. 1 pan brioche, Azúcar adicional para caramelizar, Paso 1: Infusionamos la leche Se calienta la leche a bajo con la canela, la piel de limón, la vainilla y el azúcar. No debe hervir, así que cuando vaya a empezar a hervir, apagamos el fuego y retiramos la leche. Dejamos que la leche se enfríe durante unos 30 minutos. En ese momento, añadimos los huevos batidos y la nata fría. Paso 2: Mojamos el brioche con la leche Por otro lado, cortamos el brioche y echamos la leche para que se empape bien. Cada 30 minutos, vamos dando la vuelta a los trozos de brioche hasta que se haya empapado por los 4 costados (2 horas en total). Paso 3: Tostamos las torrijas Añadimos un poquito de azúcar en una sartén y la ponemo s al fuego. Vamos colocando las torrijas sobre el azúcar y las dejamos unos 3 minutos para que se caramelice la torrija por fuera. S e va repitiendo el mismo proceso por cada costado. Consejo: queda espectacular servida templada y con una bola de helado.
- Cómo conservar hierbas frescas
Generalmente cuando compramos hierbas frescas para aromatizar algún plato, como cilantro, perejil, albahaca, menta, etc., nos venden un manojo entero que no solemos gastar completamente y, al final, se va quedando días y días en la nevera y acaba por secarse y estropearse. Aquí te contamos un método infalible para conservar las hierbas frescas que uséis normalmente. Picamos y congelamos las hierbas en aceite Picamos las hierbas muy finito y las echamos en los cuadraditos de un molde de hielos. Después, las cubrimos con aceite (de oliva, preferiblemente). Las guardamos en el congelador y ya tenemos nuestros cubitos de hierbas frescas listos para cuando los queramos usar. ¡Así evitamos tirar medio manojo cada vez que compramos cilantro o menta, por ejemplo, para una elaboración que solo necesita unas hojas!
- Gyo Gyo
Este restaurante, que recuerda a una izakaya japonesa, tiene ya dos locales en Madrid: en Malasaña y en el barrio de Salamanca. Su nombre (gyo gyo) ya deja entrever cuál es la especialidad en su carta: gyozas artesanales. ¡De hasta 10 rellenos distintos! Tienen raciones de 12 gyozas o medias raciones de 6. Merece la pena destacar las de berenjena con miso , de cerdo con pak choi y de langostinos . Además, cuentan con algunos platos complementarios como takoyakis, rollitos (muy buenos), karagee (pollo crujiente), ebi tempur a (langostinos), curry y ramen . El precio medio es bastante asequible, entre 15 y 20 €. Puedes reservar a través de su web: ( https://gyogyo.es/reservation ). Metro cercano: Tribunal, Bilbao y Alonso Martínez, para el local de Malasaña. Y Goya, Velázquez, Lista y Manuel Becerra para el local del barrio de Salamanca.
- Arroz blanco. Los básicos de Zampando
El arroz blanco es una r eceta sencilla que te puede resolver una comida rápida. Si lo acompañas con tomate frito y un huevo frito tendrás el clásico arroz a la cubana que a veces se sirve también con plátano a la plancha. El arroz blanco se prepara con ajos, aceite, arroz y agua. ¿Acaso puede haber algo más simple? Es un plato ideal para acompañar guisos de carne, saltearlo con verduras y salsa de soja, o utilizarlo como base para recetas como la ensalada de arroz. Aunque a nosotros nos encanta también solo, con su delicioso aroma de ajo. Eso sí, hay que conseguir el punto de cocción perfecto, para que no quede pasado. Ingredientes: 200 de arroz de grano redondo, preferiblemente arroz bomba. 300 g de agua. 2-3 dientes de ajo. Sal. Aceite de oliva virgen extra. Paso 1: Salteamos los ajos y el arroz Picamos los dientes de ajo muy finitos, en brunoise . Ponemos una cazuela a fuego bajo con un poquito de aceite, solo para cubrir el fondo y añadimos el ajo picado. Lo dejamos a fuego bajo para que los ajos se vayan haciendo poco a poco y el aceite coja el aroma. Paso 2: Cocemos el arroz Cuando los ajos ya han cogido color añadimos el arroz y un poquito de sal. Y lo removemos con una cuchara durante 2-3 minutos hasta que el arroz quede de color traslúcido o nacarado ("nacarar el arroz"). Después, añadimos el agua hirviendo y lo dejamos a fuego fuerte durante unos 2 minutos. Luego bajamos el fuego y tapamos la cazuela. Lo dejamos unos 10-12 minutos, pero comprobamos antes de ese tiempo que ya no queda agua, ya que depende de la cazuela y de la cantidad de arroz que estemos preparando. Si todavía no estuviera cocido y ya no queda agua, añadimos un poquito más de agua y esperamos a que se absorba. Dejamos reposar 2 minutos... ¡y listo para zampar! Consejo: si quieres hacer más o menos cantidad de arroz blanco que la que hemos utilizado en esta receta solo tienes que tener en cuenta que tienes que añadir una parte y media de agua por cada parte que hayas utilizado de arroz. Si vas a hacer más cantidad añade algún diente de ajo.
- La Morena
La Morena es un proyecto que traslada su esencia desde Tarifa al barrio de Chamartín , en Madrid. Aquí, la cocina mediterránea se fusiona con influencias latinoamericanas y asiáticas , creando un punto de encuentro gastronómico único. Algunos de los platos que más nos han gustado son el saam de cazón en adobo , el atún con crema de ají y el arroz de campo y mar. Su carta se divide en cinco etapas: para compartir, pasión por el atún, del mar, de la tierra y momento dulce, y podemos asegurarte que te va a costar decidir entre todas sus tentadoras alternativas. Nuestra opción, como siempre, es que os dejéis aconsejar por el personal. El precio medio de este restaurante ronda los 50€ por persona. Puedes reservar a través de su web: ( https://lamorenamadrid.com/ ). Metro cercano: Plaza de Castilla.
- Falafel de garbanzos
El falafel es una especie de croqueta de garbanzos muy popular en los países de Oriente Medio y el Magreb, y es uno de los platos más conocidos y extendidos de la comida árabe . Lo hemos probado en diversos países, en puestos callejeros y en restaurantes, y en cada sitio tiene un toque especial, ya que la combinación de especias o hierbas aromáticas que lleva marca la diferencia. Pero la característica común es que es un plato delicioso, apto para personas vegetarianas y veganas . También se puede preparar con otras legumbres , como lentejas o alubias, aunque el falafel de garbanzos es el más típico. Esta receta es muy fácil, ya que basta con triturar y mezclar todos los ingredientes. Además, la masa congela muy bien, por lo que se puede preparar más cantidad y congelar una parte para usarla más adelante. Ingredientes: 250-300 g de garbanzos. 1 di ente de ajo. Media cebolleta. 1 cucharada de comino. 1 cucharada de sal. Zumo de medio limón. Albahaca, cilantro, menta y perejil al gusto (al menos 4/5 tallitos de cada). 1 cucharada de tahini. Harina de garbanzo. Aceite de girasol para freír. Paso 1: Preparamos la masa Dejamos los garbanzos en remojo el día anterior para que se ablanden. Al día siguiente, los escurrimos bien o los ponemos en papel de cocina para que suelten toda el agua. Luego, los trituramos en una batidora o robot de cocina con el resto de ingredientes, pero sin pasarnos: no debe convertirse en un puré. Dejamos reposar la masa durante al menos una hora para que se integren bien todos los sabores. Si la masa queda excesivamente blanda podemos añadir un poco de harina de garbanzo para darle mayor consistencia y formar bien los falafel. Aunque utilizando dos cucharitas (como se ve en las imágenes) se forman perfectamente. Paso 2: Cocinamos los falafel Formamos pequeñas bolitas redondas o alargadas con la masa y las freímos en aceite de girasol hasta que estén doradas por fuera. Las vamos colocando sobre papel absorbente, ¡y a zampar! Están deliciosos acompañados de lechuga, tomate y cebolleta picada, además de una salsa de yogur. Nosotros los solemos utilizar para rellenar pan de pita o tortitas de maíz o trigo. ¡Riquísimos! Consejos: Para hacer falafel no se pueden utilizar garbanzos cocidos; deben ser garbanzos hidratados. Los falafel también se pueden cocinar al horno, en lugar de freírlos. Se puede congelar tanto la masa como las bolas de falafel ya formadas.
- Farah
Este restaurante, enfocado en la cocina del Mediterráneo Oriental, se autodefine como una casa de comidas que incorpora platos clásicos y creaciones modernas. Farah es un pequeño local cálido, alegre y acogedor . La carta ofrece 6 platos principales, 6 acompañamientos y 4 postres y no os negaremos que a nosotros nos costó mucho elegir, aunque esa siempre es una buena excusa para volver y probar lo que nos faltó. Decidimos probar el trio de dips (que se pueden pedir en formato de media ración) - labneh, baba ganoush y muhammara -, además del fatteh de berenjena y el kebab de cordero. La verdad es que no sabríamos decir qué nos gustó más porque todo estaba realmente espectacular. A los postres llegamos un poco llenos, por lo que solo nos aventuramos a probar el helado de pistacho, pero he de decir que pudimos ver el knafé (un plato de kataifi con queso, pistachos y sirope de azahar) y nos quedamos con mucha envidia de no haberlo podido probar... ¡tenía un pintón!. El precio medio ronda los 30-35 €. Puedes reservar a través de su web: ( https://www.restaurantefarah.com/reservas ). Metros cercanos: La Latina, Antón Martín, Puerta de Toledo.
- Callos de Paca: Zampando con Paulino
Ingredientes: 1 kg de callos. 500 g de patas de ternera. 250 g de morro de ternera. 2 unidades de huesos de codillo (unos 200 gramos). 1 morcilla (unos 80 gramos). 1-2 chorizos (unos 150 gramos). 100 gramos de cebolla. 50 g de pimiento rojo. 50 g de pimiento verde. 2 dientes de ajo (unos 10 gramos). 60-80 mL de aceite de oliva. 1-2 unidades de guindilla seca (según gustos). 1 cucharada de harina. 1 cucharadita de pimentón dulce (unos 8 gramos). Media cucharadita de pimentón picante. 100 gramos de tomate frito. Paso 1: Limpiamos y blanqueamos los callos Dejamos la noche anterior los callos cortados, junto con la pata y el morro, con agua, sal gorda y vinagre. Al día siguiente lo lavamos todo en un fregadero con abundante agua. Una vez lavado, lo pasamos a una olla y lo cubrimos bien con agua fría. Añadimos entonces los huesos de jamón ibérico. Esperamos a que rompa a hervir el agua y dejamos los callos cociendo durante 15 minutos. Pasado ese tiempo, retiramos el agua; es lo que se conoce como "blanquear" los callos. Paso 2: Cocinamos los callos Colamos los callos, la pata, el morro y el hueso y los ponemos en la olla de nuevo con agua hirviendo. En ese momento añadimos la morcilla, el chorizo y la guindilla. Tapamos la olla y los dejamos unas 3 horas y media a 4 horas, según sea la dureza de los callos, o 1 hora y media en olla exprés (desde que coge presión). Si usamos una olla normal, conviene retirar la morcilla a las 2 horas y medias de cocción para que no se rompa. Paso 3: Preparamos el sofrito Mientras se cuecen los callos, cocinamos el sofrito. En una sartén con un chorrito de aceite ponemos, la cebolla, el ajo y el pimiento verde y rojo, todo bien picadito. Cuándo esté bien pochado, sacamos las verduras a un plato. Recogemos un poco de la grasa que hay en la olla de los callos (la que van soltando el chorizo y morcilla) y la añadimos al aceite que ha quedado en la sartén. Como seguramente hayamos cogido un poco de caldo al retirar la grasa de los callos, lo ponemos al fuego para que se evapore el caldo y mantengamos solo la grasa. Usamos ese extra de aceite y grasa para hacer un roux con harina; es decir, en el aceite y grasa caliente echa mos la harina y la dejamos unos 5-10 minutos, mientras vamos removiendo con una varilla. Una vez tostada la harina, añadimos el pimentón dulce y picante y lo dejamos solo unos 2 minutos, para evitar que se queme. Después, ligamos el roux con parte del caldo de los callos (unos 200-300 mL) y lo añadimos a la olla junto con los callos cocinados. Paso 3: Terminamos la cocción Finalmente, añadimos el tomate frito y el sofrito de la verduras (con la cebolla y pimientos) y lo dejamos cocinar durante 20-30 minutos adicionales para que se homogenicen todos los sabores. Retiramos los huesos (tanto de la patas de ternera como del jamón) y dejamos enfriar los callos, a ser posible en agua fría para acelerar el enfriamiento (idealmente se dejan reposar una noche entera). Y ¡listos! Aunque es conveniente comer los callos un día después de prepararlos. Consejo de Paulino: los callos se coagulan por la gelatina al enfriarse, así que si se quieren congelar se deben extender en una bandeja y cuando ya estén fríos (y sólidos) se cortan para dividirlos en raciones individuales, se envuelven en film y se congelan. Callos de Paca del chef Paulino Ramos