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- Hummus
Esta crema de garbanzos es un aperitivo que se ha extendido por todo el mundo y ya se puede encontrar listo para consumir en cualquier supermercado. Sin embargo, no siempre esos hummus preparados están tan ricos como el que puedes cocinar con esta receta. ¡Delicioso acompañado con unos naan caseros! Ingredientes: 0,5 kg de garbanzos. Media cebolla dulce. 2 dientes de ajo. Media cucharadita de bicarbonato. 150 g de tahini crudo. El zumo de un limón pequeño o medio grande. 1 cucharadita de comino molido. 50 mL de aceite de oliva virgen extra. 1 cucharadita rasa de sal. Paso 1: Cocemos los garbanzos Enjuagamos bien los garbanzos y los dejamos en agua durante 24 horas. Pasadas las 24 horas, los lavamos de nuevo y los ponemos en una olla con la cebolla partida en cuatro trozos y los dientes de ajo. Los cubrimos con agua hasta una altura de unos 4 dedos por encima de los garbanzos y los ponemos a fuego alto. Cuando empiezan a hervir, retiramos la espuma que se forma con una espumadera. Cuando ya no salga más espuma, bajamos el fuego. Cinco minutos después, añadimos el bicarbonato y cocemos a fuego lento durante unas 2 horas (o 30 minutos en olla a presión) Transcurrido ese tiempo, retiramos la olla del fuego y dejamos enfriar los garbanzos. Paso 2: Preparamos la pasta de garbanzos Una vez fríos, colamos los garbanzos y reservamos el líquido de la cocción. Trituramos los garbanzos cocidos en un robot de cocina o vaso americano con el zumo de limón, el comino, el aceite, un vaso de agua (250 mL) de cocción de los garbanzos y la sal durante 3 minutos. Añadimos luego el tahini y trituramos todo 3 minutos más. Corregimos de sal y limón, y ajustamos la textura, si fuera necesario, dejando más tiempo de triturado o añadiendo un poquitín más de agua de cocción de los garbanzos. El resultado final debe ser una pasta cremosa. Consejo: recomendamos servir el humus con un chorrito de aceite de oliva virgen extra por encima y espolvoreando un poquito de pimentón dulce o picante, según gustos.
- Santamaría (coctelería)
Esta antigua "casa de citas" de Madrid, se reconvirtió, en 2010, en coctelería y, hoy en día, es una de las paradas imprescindibles para los amantes de los cócteles en la ciudad. En su carta encontraréis algunos cócteles clásicos reinventados de manera creativa y algunas otras creaciones de autor dignas de probar. Disponen también de algunas alternativas sin alcohol para que nadie se quede sin disfrutar de la experiencia. Nosotros nos pedimos el Ginger Santamaría y el Margarita Santamaría y ambos nos encantaron. Acertaron de pleno con nuestros gustos. Este es otro punto positivo de su carta: cada cóctel viene acompañado de sus "notas de sabor" (dulce, ácido, picante, afrutado, etc.), lo que facilita que cada persona encuentre su bebida perfecta. Esta coctelería, situada entre Gran Vía y Callao, sin duda merece una visita. Metros cercanos: Gran Vía, Callao.
- Manolita Chen
Este local recibe su nombre por la famosa vedette española. Una de las primeras personas trans en poder cambiar su sexo y nombre en el DNI y, además, la primera mujer trans que pudo adoptar en España. Tras este breve repaso de historia española, vamos a pasar a hablar de este restaurante de cocina asiática contemporánea que está conquistando paladares en el barrio de Salamanca. Su carta se divide en 4 secciones: entrantes, makis y rolls, platos principales y, finalmente, postres. Nuestros consejos: Nosotros probamos los jakao y el baozi (que nos pareció espectacular), un par de nigiris y rolls (entre los que destacaríamos el de toro con yema y miso), y, para terminar, el soft shell crab massala . Este último fue, sin duda, nuestro plato favorito y la guinda que coronó la comida. También pudimos probar dos de sus mochis caseros : el de oreo (porque Alex no puede vivir sin chocolate) y el de tarta de manzana (absolutamente recomendable para aquellos que sois capaces de ver más allá del chocolate). El precio medio de este restaurante ronda los 40-50 € por persona. Podéis reservar a través de su web: ( https://www.manolitachen.com/reservas/ ). Metros cercanos: Príncipe de Vergara, Velázquez.
- Redondo de ternera en salsa
Los asados de carne son una receta fácil, perfecta para celebraciones como la Navidad . Su éxito solo depende de un único secreto: asarlo el tiempo justo para que la carne quede jugosa y tierna, ligeramente rosada. Es un plato que cunde mucho y que se puede preparar el día anterior, perfecto para cuando tenemos varios comensales a la mesa. Ingredientes: 1 kg de redondo de ternera. 1 cebolla grande o dos pequeñas. 2 zanahorias. 2 dientes de ajo. 1 puerro. 1 vaso de vino tinto. 1 tomate en rama. 1 o 2 hojas de laurel. 4 o 5 ramitas de tomillo fresco. Aceite de oliva virgen extra. 1 vaso de agua. Sal y pimienta Paso 1: Sellamos el redondo Limpiamos un poco el redondo de grasa si no lo han dejado muy limpio en la carnicería y lo salpimentamos. Ponemos una olla o cazuela al fuego con un poco de aceite de oliva. Cuando el aceite está caliente añadimos el redondo y lo vamos girando para que se tueste por todos los lados. Luego, lo sacamos y reservamos. Paso 2: Añadimos las verduras Cortamos la cebolla en trozos pequeños, los dientes de ajo en láminas, y el puerro y la zanahoria en rodajas no muy gordas. Una vez que tenemos todas las verduras cortadas, las echamos en la cazuela, sobre el aceite donde hemos sellado el redondo y añadimos un poco de sal. Las dejamos unos 5 minutos a fuego bajo-medio, hasta que las verduras empiezan a estar algo blanditas, y añadimos el tomate pelado partido en trocitos pequeños (también se puede añadir un poco de tomate triturado). Las dejamos sofreír otros 10 minutos o hasta que la cebolla se vea blandita o transparente. En ese momento añadimos el vino tinto y subimos el fuego para que se evapore el alcohol. Removemos bien con una cuchara de madera durante un minuto, aproximadamente, y apagamos. Paso 3: Horneamos el asado Vertemos las verduras rehogadas sobre una bandeja apta para el horno. Añadimos el laurel y el tomillo fresco, y encima de las verduras, el redondo sellado. Añadimos un vaso de agua. Introducimos la bandeja en el horno precalentado a 180 ºC, con calor arriba y abajo, durante 1 hora y 10 minutos aproximadamente, pero eso dependerá mucho de vuestro horno. A mitad del horneado sacamos la bandeja y damos la vuelta al redondo. Paso 4: Colamos la salsa y emplatamos Una vez que la carne esté en su punto, sacamos el redondo y trituramos la salsa con un brazo de cocina. ¡Y ya estaría listo nuestro asado! Solo hay que partir el redondo en rodajas, más o menos finas según los gustos, y añadir la salsa encima. Nosotros preparamos también unas patatas al horno aplastadas con hierbas aromáticas y un puré de manzanas reinetas. ¡La ocasión lo merecía! Consejos: ya hemos comentado que la parte más complicada de este plato es calcular el momento en que la carne esté en su punto, porque el tiempo de horno varía mucho con cada electrodoméstico. Un utensilio muy útil, y no demasiado caro, es un termómetro para alimentos. Si lo tenéis, podéis sacar la bandeja del horno y pinchar con el termómetro la carne; estará en su punto cuando alcance los 50 ºC en el interior. Si vais a preparar la receta el día anterior, guardar la carne ya asada en la pieza entera y la salsa triturada por otro lado. Cuando vayáis a comer el redondo, solo tenéis que partir la carne y echar encima la salsa bien caliente.
- Bar Toboggan
Este bar, cercano al Matadero , comenzó siendo el lugar perfecto para tomar el aperitivo, pero con el tiempo ha ido ganando protagonismo en el barrio hasta convertirse en un lugar de referencia donde disfrutar de platos castizos "de los de toda la vida". Su tremenda terraza y su local luminoso ya llaman la atención y te invitan a sentarte a tomar una caña o un buen vermut. Pero, eso no es todo... Además, en su carta encontrarás opciones de lo más tentadoras que harán que te apetezca alargar el aperitivo con una comidita improvisada. Su carta se divide en: de picar, a compartir, pepitos, casquería, carnes y pastas, pescados, verde y dulce. Cuentan con numerosas opciones vegetarianas que van más allá del pincho de tortilla y la triste ensalada campera que encontramos en muchos bares castizos. Sus huevos rotos y sus torreznos son un "must" y, las malas lenguas dicen (aunque aún no hemos tenido la suerte de comprobarlo) que su hamburguesa y su montadito de calamares son también para chuparse los dedos. Disponen de desayunos y de menú del día de lunes a viernes. Además, los domingos hay paella de aperitivo. ¿Qué más se puede pedir? El precio medio de este restaurante ronda los 15-20 € por persona. Puedes reservar a través de su web: ( https://bartoboggan.com/RESERVAS ). Metro cercano: Legazpi
- Spicy Yuli
Esta tienda llegó a nuestra vida por la tremenda afición (/adicción) de Berti (la madre de Celi) por el té. Sin embargo, poco después de conocerla nos hicimos muy fans también de sus increíbles especias. En esta tienda, en la calle Valverde, podéis encontrar tanto tés como infusiones de lo más maravillosas y a precios super económicos. Nos encanta por ejemplo su té chai, el "beso" y el té de Navidad. Además, también sirven distintas mezclas de especias al peso con las que podréis innovar en la cocina y acercaros a explorar sabores de la cocina internacional más aventurera. Entre nuestros favoritos están el ras el hanout , el garam masala , el tandoori rojo y el furikake . Venden también algunos condimentos, salsas y mermeladas así como distintos productos relacionados con el té (tazas, teteras, etc.). ¿Lo mejor de la tienda? El personal. Te atienda quien te atienda, son absolutamente encantadores y no tienen problema en compartir un rato contigo, explicarte lo que necesites o aconsejarte en tus compras. Metros cercanos: Chueca, Gran Vía.
- Tronco de Navidad
Este postre es perfecto para preparar en Navidades y es una manera diferente de disfrutar del sabor de un buen turrón. No es demasiado complicado, pero, sin embargo, resulta de lo más aparente. Además, el bizcocho genovés o bizcocho plancha, que es la base de este postre, puede acompañarse de una variedad diversa de rellenos según los gustos. Ingredientes: 5 huevos. 120 g azúcar blanco. 1 cucharada de esencia de vainilla. 90 g harina de trigo. 150g de turrón blando o crema de turrón. 700 mL de nata para montar. 250 g de chocolate negro. Paso 1: Preparamos la masa En primer lugar, separamos las yemas de las claras, colocando cada una de estas en un recipiente separado. Con ayuda de una varilla o una batidora eléctrica, vamos a mezclar las yemas con 50 g de azúcar blanco, la vainilla y la harina (que conviene tamizar previamente). Por otro lado, mezclaremos las claras con 70 g de azúcar blanco y utilizaremos nuevamente una varilla o batidora eléctrica para montarlas "a punto de nieve", es decir, hasta que observemos que adquieren una consistencia similar a la nata montada. Añadimos las claras montadas a la masa de yemas, incorporándolas con movimientos envolventes ayudándonos de una lengua o cuchara. Paso 2: Horneamos el bizcocho Una vez tengamos preparada nuestra masa, vamos a extender un papel vegetal sobre una bandeja de horno y volcaremos la masa encima, extendiéndola con ayuda de una lengua o cuchara hasta que ocupe toda la superficie de la bandeja con una fina capa. Metemos el bizcocho en el horno precalentado a 180º y dejamos que se cocine durante 15 minutos. Cuando esté listo, lo sacamos, colocamos una segunda lámina de papel de horno sobre el bizcocho y lo vamos a enrollar mientras esté caliente para ayudar a que adquiera la forma de nuestro tronco de Navidad. Paso 3: Preparamos el relleno Si hemos comprado una tableta de turrón de almendras (del blando), vamos a triturarla en un robot de cocina o en una batidora hasta obtener una crema de turrón. Mezclaremos nuestra crema con 350 mL de nata de montar y con ayuda de unas varillas eléctricas vamos a montar la mezcla hasta que duplique su volumen. Paso 4: Preparamos la cobertura Si tenemos un robot de cocina, podemos calentar el chocolate con 350 mL de nata a 65º. Después, dejaremos que enfríe la mezcla y ya la tendremos lista para montar con ayuda de unas varillas eléctricas. Si no disponemos de un robot de cocina, podemos derretir el chocolate al micro o al baño maría, juntarlo con la nata y continuar con el mismo proceso (enfriarlo y montar posteriormente con varillas). Paso 5: Montamos el tronco Vamos a empezar por desenrollar nuestro bizcocho. Retiramos el papel de horno superior y vamos a cubrir todo nuestro bizcocho con la crema montada de turrón que hemos preparado. Después, volvemos a enrollar el bizcocho, dejando la crema en el interior. Finalmente, cubrimos el tronco con la crema de chocolate. Si lo deseamos, podemos hacerle unas líneas longitudinales con ayuda de un palillo o un cuchillito para que se asemeje más al tronco de un árbol. También podemos cubrirlo con azúcar glass (si sois extra golosos), con almendras picadas, o cualquier otra alternativa que vuestra creatividad os sugiera.
- Guiso de carrilleras
Este plato, que hasta hace unos años no era muy popular, se ha puesto últimamente muy de moda . No dejan de aparecer grandes cocineros que las introducen en sus menús y nosotros no hemos querido ser menos. Se trata de una receta que puede servir un poco para todo: se pueden comer las carrilleras como plato principal acompañadas de alguna guarnición como puré de patata (ideal para celebraciones); se pueden utilizar desmechadas como relleno de alguna lasaña, canelón, etc.; se pueden usar para tacos, rollitos, empanadillas, saams, y, básicamente, hasta donde alcance la imaginación. En definitiva, se trata de una receta rica y fácil que nos puede salvar de un apuro el día que andemos cortos de ideas o nos hayamos aburrido de lo mismo. Ingredientes: 1 Kg de carrilleras de cerdo o de vaca. 2 cebollas pequeñas o 1 grande. 2 zanahorias. 1 puerro. 1 rama de apio. 1 cabeza de ajos. 10-15 granos de pimienta negra. 4 clavos. 2 hojas de laurel 1/2 anís estrellado (no es obligatorio). 1,5 litros de vino tinto. 50 mL de oporto o de vino Pedro Ximénez. Aceite de oliva virgen extra. Sal. Para el puré de patata: 1/2 Kg de patatas. 60 gramos de mantequilla. 50 mL de leche. Sal al gusto. Paso 1: Rehogamos las verduras Cortamos en trozos grandes las verduras y partimos a la mitad la cabeza de ajos (en horizontal, es decir, cada diente de ajo debe quedar dividido en dos). Ponemos a calentar a fuego fuerte una olla (normal o a presión) con un chorrito de aceite. Cuando el aceite esté bien caliente añadimos todas nuestras verduras y los ajos. Dejamos que se doren bastante (tienen que estar bastante tostadas). En ese momento, añadimos las especias y el laurel y removemos dos o tres minutos más ya a fuego medio y luego añadimos el oporto para desglasar. Paso 2: Añadimos las carrilleras Las carrilleras deben estar limpias; podéis pedirlo en la carnicería y, si veis que todavía tienen mucha grasa, limpiadlas un poco más. Salpimentamos. Una vez añadido el oporto, agregamos las carrilleras e, inmediatamente después, echamos el vino tinto y añadimos un poco de sal. Si vuestra olla es a presión ahora sería el momento de cerrarla y procederíamos a dejar cocinar a fuego medio durante 1 hora y media. Sin embargo. si vuestra olla no es a presión no hace falta que la tapéis (o, como mucho, hacedlo hasta que rompa a hervir), y debéis dejar que se cocinen entre 3 y 4 horas, hasta que estén bien blanditas. Una vez pasado ese tiempo, sacamos con mucho cuidado las carrilleras para que no se rompan y colamos el caldo, desechando las verduras. Podéis triturar alguna verdura junto con el caldo, pero no es necesario. Ponemos a reducir ese caldo en un cazo hasta obtener una salsa algo más espesa y con mucho sabor para nuestras carrilleras. Paso 3: Preparamos el puré Cocemos las patatas en agua durante 40 minutos (o hasta que se puedan atravesar fácilmente con un cuchillo). Las sacamos y las pelamos. Se pueden aplastar con un tenedor, junto con la mantequilla y la leche, o triturarlo todo junto en un robot de cocina. Una vez que tenemos la mezcla, añadimos sal al gusto. Paso 4: Emplatamos y ¡zampamos! ¡Ya tenemos nuestras carrilleras con su guarnición! Podéis servirlas sobre el puré de patata y cubrirlo todo con abundante salsa. Otra opción es preparar un saam de carrillera con mayo kimchee, cebolleta y la salsa reducida. Consejo: si no queréis esperar a que el caldo se reduzca, podéis preparar una cucharadita de maicena diluida con una par de cucharadas de caldo y añadírsela al caldo caliente para que espese directamente. Pero el sabor no estará tan concentrado.
- Hasaku
Este restaurante nikkei , una fusión excepcional entre la cocina japonesa y la peruana, es creación del increíble equipo que hay detrás del proyecto Callao24 , liderado por el chef Jhosef Arias. La verdad es que, hasta ahora, todo lo que hemos probado de este equipo ha sido un absoluto éxito. Aquí, los cebiches son absolutamente impecables, pero, además, en este local podréis probar distintos makis o rolls y nigiris . La carta también ofrece salteados, sopas, baos y arroces, todos preparados con creatividad y respeto por ambas culturas culinarias. Nuestros favoritos: el roll acevichado y el nigiri anticucho. También conviene probar alguno de sus platos a compartir como el chaufa o el lomo saltado . El precio medio de este restaurante ronda los 35-45 € Puedes reservar a través de su web: ( https://hasaku.es/ ). Metro cercano: Las Tablas.
- El invernadero
La visita a El invernadero fue mi super regalazo sorpresa de este año por mi cumple y no pudo ser más especial. Nos encantó. Este restaurante brilla por su creatividad , tanto en la elaboración como en la presentación de los distintos pases de su menú. Sin duda, es un local muy recomendable para celebrar ocasiones especiales. El invernadero, del chef Rodrigo de la Calle , ha sido recientemente galardonado como el mejor restaurante de vegetales del mundo en 2024 , por la guía Green Guide . Este reconocimiento premia la alta proporción de frutas y verduras que incluyen en su propuesta culinaria y, muy especialmente, la creatividad excepcional en la preparación de cada plato. Cuentan también con 1 estrella Michelín , 1 estrella verde Michelín y 2 soles Repsol . Ofrece cuatro opciones de menú : Vegetalia, Vegetalia Experience, Gastrobotánica y Gastrobotánica Experience . Y puedes elegir que el menú sea completamente vegetariano o vegano, o añadirle algo de carne o pescado. Además, cuentan con tres opciones de maridaje : sin alcohol (con kombuchas y zumos caseros), vinos y sakes normales, o una selección de vinos y sakes macerados por ellos con frutas y verduras. Nosotros optamos por esa última opción que es tremendamente original. Los menús pueden ir cambiando según la temporada, pero claramente, según se refleja en los nombres, destaca el protagonismo de verduras y hortalizas. Y, por supuesto, resalta también su creatividad para innovar con los alimentos vegetales. Por ejemplo, uno de los platos que probamos incluía una cebolla cocinada en barro: la recubren con una especie de arcilla y así la hornean. Juegan con diversas técnicas culinarias (espumas, geles, ahumados, etc.), y con texturas diferentes y contrastes de sabores que sorprenden al paladar. Todo lo que sirven es de elaboración casera , incluidos los panes, que son espectaculares. El precio de los menús oscila entre 148 €, para la opción más económica, y 218 para la opción más cara. Puedes reservar a través de su web: ( https://elinvernaderorestaurante.com/reservas/ ). Metros cercanos: Cuatro Caminos, Nuevos Ministerios, Río Rosas.