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  • Curry verde de verduras

    El curry verde es una salsa muy aromática y fresca , típica de la cocina tailandesa , con la que preparar pollo, ternera, pescado, langostinos o verduras, inundándolos de sabor. Normalmente se acompaña de arroz basmati para obtener un plato todavía más completo. En esta ocasión, vamos a preparar un curry verde de verduras. El lemongrass, la galanga y la lima kaffir son ingredientes que no son fáciles de encontrar en los supermercados habituales, pero los podéis localizar en cualquier tienda de productos asiáticos y se pueden congelar para tener siempre a mano. Ingredientes: 2 cebollas moradas pequeñas. 1 calabacín. 1 pimiento verde. 1 puerro (se puede sustituir por una cebolleta). 100-150 gramos de jengibre. 80 gramos de galanga, si tenemos. Manojillo de cilantro. 5 o 6 hojas de lima kaffir. 3 tallos de lemongrass. 50 gramos de pasta de curry verde. 500 mL de leche de coco. 1 litro de caldo de ave. Sal. 20 gramos de cilantro por persona para picar al final. 1/2 lima por persona para exprimir al final. Paso 1: Rehogamos las verduras En primer lugar, picamos en trocitos nuestras verduras: cebolla morada, calabacín, puerro y pimiento verde. Luego, echamos aceite en una sartén y cuando está caliente, añadimos las verduras troceadas y las rehogamos durante unos 10 minutos. Paso 2: Preparamos el curry Justo después, incorporamos el jengibre partido en láminas, el cilantro al gusto, las hojas de lima kaffir, la galanga y la citronella o lemongrass. Lo rehogamos un poco y añadimos la pasta de curry y la leche de coco. Inmediatamente, añadimos el caldo de ave y una pizca de sal (ya rectificaremos más adelante si hace falta). Dejamos cocer todo unos 20-25 minutos aproximadamente. Después, colamos nuestro curry verde y lo reducimos hasta obtener la textura deseada (más cremosa), durante unos 40 minutos. Rectificamos de sal. Paso 3: Añadimos las verduras y el arroz Este curry es perfecto para acompañar unas verduras salteadas al wok con arroz basmati. Solo tenemos que añadirle un poquito de cilantro picado (según gustos) y un toque de lima recién exprimida. ¡Una receta deliciosa, fresca y llena de aromas! Consejos: fijaos en el porcentaje de leche de coco que tenga la que compréis; cuánto mayor sea ese porcentaje mejor será. Tened en cuenta que la pasta de curry tiene un toque picante, así que cuánto más cantidad incorporéis a la salsa, más picante os quedará. ¡Cuestión de gustos!

  • Barritas de cereales

    Las barritas caseras de cereales son el snack perfecto: saludables, energéticas y ricas en minerales, estupendas para reponer fuerzas después de hacer deporte. Quedan riquísimas y son mucho más sanas que las barritas ultraprocesadas que se venden normalmente en los supermercados. Ingredientes: Avena. Frutos secos al gusto (almendras, nueces, pistachos...) pero sin tostar . Pipas de calabaza y semillas de lino. Chocolate negro. Pasas y/o orejones. Crema de frutos secos (de pistacho, cacahuete o avellana, según gusto). Miel. Paso 1: Tostamos los ingredientes Colocamos papel vegetal en una bandeja de horno y añadimos la mezcla de avena, frutos secos y pipas. Introducimos la bandeja en el horno a 170 grados y dejamos dorar la mezcla, moviéndola cada 3-5 minutos con una cuchara de madera. Paso 2: Terminamos la mezcla Una vez tostados y fríos, combinamos los ingredientes con el chocolate negro, cortado en trozos pequeños, y con las pasas u orejones. Después, mezclamos todo con la crema de frutos secos y la miel. Paso 3: Formamos las barritas Pasamos la mezcla a una bandeja y la aplastamos bien, para que quede compacta. Decidid en qué bandeja o recipiente vais a añadir la mezcla para que al aplastarla os queden las barritas con una altura adecuada (ni muy finitas ni muy gordas). Introducimos la bandeja en la nevera y la dejamos enfriar durante unas 2 o 3 horas. Pasado ese tiempo, cortamos en forma de barritas y ¡ya estarían listas para zampar! Si os apetece, podéis fundir chocolate y añadirlo por encima de las barritas, para darle un toque extra de sabor. ¡Disfrutad de un snack saludable y lleno de energía!

  • La Esperanza

    Es un bar de los de toda la vida que ha decidido darle un giro de creatividad a su cocina , manteniendo a pesar de ello toda su esencia castiza . Se localiza cerca de Antón Martín, entre los barrios de las Letras y de Lavapiés. Sus platos se inspiran en las cocinas propias de los países mediterráneos . Destacan sus raciones y tapas clásicas como la ensaladilla rusa, los boquerones en vinagre, los mejillones, los callos y la croquetas. Con posibilidad, en algunos platos, de pedir tapa o media ración. También disponen de cócteles y una gran variedad de gin tonics (con más de 15 combinaciones). La Esperanza es un sitio muy versátil que te vale para un aperitivo tonto de vermut , acompañado de gilda y bravas (ambas muy buenas) o para una comida o cena más contundente(por ejemplo, con sus albóndigas con gambón , sus bombas de patata o su fideuá , que son muy especiales). El precio medio ronda entre 15 y 25 euros, aunque si vas a comer más tipo sentarte a comilona puede subir a 30 o 35 euros. Disponen de menús para grupos. Puedes reservar en su web: ( https://laesperanzabar.myrestoo.net/es/reservar ). Metros cercanos: Antón Martín, Tirso de Molina.

  • Acoge Un Plato

    Acoge Un Plato es una iniciativa de CEAR ( Comisión Española de Ayuda al Refugiado ) que busca, a través de la cocina, la inclusión de personas refugiadas en nuestra sociedad. Talleres de cocina Engloba varios proyectos, pero vamos a hablaros de los talleres de cocina , que son en los que hemos participado varias veces en los últimos años: sabores de Sudán (el último, ¡por ahora!), Guinea Conakry, dulces marroquíes, cocina venezolana, mezzes del Magreg... vamos, una experiencia estupenda para conocer la comida de esos países y regiones. Son talleres que se realizan en los Mercados de Madrid , donde preparas un menú guiado por uno o varios cocineros o cocineras del país en cuestión. Una forma estupenda de adentrarse en esas cocinas distintas, con otros ingredientes y con nuevos aromas y sabores... ¡Una delicia! Una experiencia gastronómica y solidaria Solo por eso merecería la pena apuntarse, pero además, en cada uno de los talleres que hemos estado, hemos conversado con los cocineros y cocineras, y a la vez personas refugiadas: hemos oído sus historias, cómo vivían en sus lugares de origen, nos han contado sobre su familia, todo ello siempre relacionándolo con los platos que les unen a ese mundo que han abandonado y a sus raíces. Muchas veces nos hemos emocionado al oír de sus bocas lo que significaba para ellos cada plato que nos enseñaban, cómo esas comidas les unían a sus familiares y seres queridos. Una buena forma de sensibilizarnos sobre la realidad de las personas refugiadas, que se ven obligadas a abandonar sus países huyendo de la guerra y la persecución. ¡Una experiencia inolvidable tanto gastronómica como solidaria! Desde luego, intentaremos repetir siempre que podamos. ¡Hay que estar al tanto de estos talleres! Os avisaremos cada vez que pongan uno nuevo en marcha.

  • Asian Army

    Esta pequeña cantina ubicada en el mercado de Antón Martín combina sabores y recetas del sudeste asiático. Con elaboraciones de Indonesia, Singapur, Malasia, Tailandia y Vietnam, ofrecen una carta cuidada y un ambiente desenfadado. Después de haber pasado 6 meses viajando por el sudeste asiático, nos complace haber identificado en este local muchas de las elaboraciones y sabores que pudimos descubrir allí. El precio medio ronda los 15-25 €. Los imprescindibles: Los rollitos, las brochetas y el mie ayam son algunos de los que repetiríamos. Puedes reservar llamando al teléfono que aparece en su web: ( https://asianarmymadrid.com/ ). Metro cercano: Antón Martín.

  • Pasta con tomates cherry

    ¡Una receta bien facilita! Que cualquiera que sepa calentar agua al fuego o usar una sartén puede preparar. Sí, sí, es verdad que es una pasta con tomate, pero es una versión un poquito más resultona que la clásica pasta con tomate de toda la vida. Además es un receta rica y sabrosa que gusta a todo el mundo. ¿Qué más se puede pedir? Ingredientes: Media cebolla. Un diente de ajo. 15/20 tomates cherry. 50 g de parmesano rallado. 250 g de pasta. ¡Empezamos! En una sartén añadimos un poco de aceite y pochamos el ajo y la cebolla a fuego lento hasta que se doren y la cebolla esté blandita. Mientras tanto, ponemos a calentar agua con abundante sal en una cazuela hasta que hierva; en ese momento añadimos la pasta siguiendo las indicaciones de tiempo que aconseje el fabricante. Añadimos, en la sartén con el ajo y la cebolla pochados, los tomates cherry cortados a la mitad y ponemos una tapa sobre la sartén. Dejamos que se cocinen durante 5 minutos. Mientras tanto, sacamos un poquito de agua de cocción de la pasta y la reservamos. Vamos a quitar la tapa y comprobaremos si los tomates ya están blanditos y se pueden ir aplastando con una pala de madera. Los aplastamos, añadimos un poquito del agua de cocción de la pasta que habíamos reservado hasta obtener la textura de salsa deseada y terminamos añadiendo parmesano rallado. ¡Mezclamos con la pasta y listo para comer! Consejo: Si queréis que la pasta quede todavía más sabrosa y aromática, podéis añadirle unas hojas de albahaca fresca antes de incoroporar el parmesano rallado.

  • ¿Qué es el anisakis y cómo evitarlo?

    El anisakis y la enfermedad que provoca, llamada anisakiasis , se ha convertido en un problema de salud cuya incidencia ha ido aumentando en los últimos años. ¿Qué es el anisakis y cómo se transmite? El anisakis es un gusano parásito que vive en el estómago de mamíferos marinos como ballenas, delfines y focas. El problema para los seres humanos surge cuando el gusano libera sus huevos al agua del mar y se transforman en larvas que terminan siendo ingeridas por peces o cefalópodos (un grupo de moluscos que comprenden calamares, pulpos y sepias). Los seres humanos podemos infectarnos al comer peces o cefalópodos contaminados por el parásito . Una vez ingeridas las larvas se instalan en el estómago y el intestino delgado de los seres humanos. Allí no pueden reproducirse pero pueden sobrevivir durante un tiempo provocando alteraciones digestivas de menor o mayor gravedad y reacciones alérgicas . Los síntomas principales son: vómitos, dolor abdominal y diarrea. No es posible la transmisión del parásito entre dos personas. No hay riesgo al consumir pescados de río o de piscifactoría, como truchas o percas. Los bivalvos (como almejas, mejillones o berberechos) tampoco contienen anisakis. El pescado que compres congelado es completamente seguro. ¿Cómo podemos evitar la anisakiasis? La enfermedad solo se contrae si comemos pescado contaminado que esté crudo o poco cocinado , por ejemplo al consumir platos como el sushi, el sashimi, los boquerones en vinagre, el cebiche, etc. No hay riesgo si el pescado se cocina sometiéndolo a temperaturas por encima de los 60 ºC que destruyen complemente las larvas. Si vamos a tomar el pescado crudo o poco hecho la única opción para evitar el anisakis, es congelarlo previamente . La congelación del pescado por debajo de los -20 grados durante varios días también mata las larvas. Esa temperatura solo se alcanza en los frigoríficos de 3 estrellas o más. Las semiconservas como las de anchoas y otros pescados no entrañan ningún riesgo ya que se someten a procesos que destruyen los gusanos. ¿Y qué pasa si vamos a un restaurante? En principio no hay problema porque la legislación europea y española obliga a todos los establecimientos que sirven comida a congelar adecuadamente los pescados y cefalópodos que se vayan a consumir crudos o sin someter a temperaturas capaces de matar al parásito. Medidas para evitar la anisakiasis : Cocinar el pescado a temperaturas superiores a los 60 ºC , que se alcanzan al prepararlo frito, a la plancha o al horno. Congelar el pescado a temperaturas por debajo de -20 ºC o menores durante, al menos, 5 días.

  • Mawey

    Restaurante mexicano o " taquería " de alta gama para disfrutar de una gran variedad de tacos, creativos y originales, sin renunciar a los ingredientes y sabores clásicos de la cocina mexicana. Con una amplia propuesta de cócteles . Destaca su gran variedad de tacos muy innovadores , ideales para compartir, junto a platos como las quesadillas, el guacamole, la costilla de ternera o las enchiladas. Con más de 10 tipos de tacos distintos, tienen opciones para todos los gustos: de pez mantequilla, panceta, oreja y sepia, brisket o cochinillo, por ejemplo. El precio medio de este restaurante ronda los 30-45 € por persona. Los imprescindibles: nos han encantado los tacos Gobernador (y también a otros familiares que han ido). Las quesadilla de huitlacoche, las quesadillas o quecas de ají de gallina y el guacamole también son muy recomendables. Y, por supuesto, si os apetece algún cóctel no dejéis de probar los margaritas ; a nosotros nos gustó mucho el margarita de tamarindo. Puedes reservar a través de su web: ( https://restaurantemawey.com/taquerias-gastronomicas/ ). Tienen cuatro restaurantes: en la calle López de Hoyos, en la calle Olid (en el barrio de Chamberí), en la calle de San Bernardo (muy cerca de Gran Vía) y en Majadahonda. Metros cercanos: Gregorio Marañón, Bilbao, Quevedo, Santo Domingo, Callao.

  • Carrot cake

    La tarta de zanahoria o carrot cake se ha convertido en una de las favoritas de familiares y amigos. Tanto es así que fue la tarta que decidimos cocinar cuando celebramos nuestra boda. Puede prepararse el bizcocho solo (tenéis la videoreceta en nuestro Instagram) o con una butter cream de queso crema. Ingredientes para el bizcocho: 100 g de harina. 75 g de azúcar. 75 g de panela. 1 cucharada de canela. 1 cucharadita de nuez moscada. 1 cucharadita de jengibre en polvo. 1 cucharadita de sal. 10 g de levadura. 3 huevos. 100 ml de aceite de oliva. 100 g de zanahoria rallada. 30 g de nueces. Para el molde: un poquito de mantequilla y harina. Ingredientes para la butter cream: 100 g de queso crema o mascarpone. 50 g de mantequilla. 50 g de azúcar glas. 1 cucharada de zumo de limón. Paso 1: Nos preparamos para empezar. ¡Comencemos! Vamos a comenzar preparando nuestro ingrediente clave: la zanahoria. Pelamos y rallamos la zanahoria. A continuación, vamos a dejar preparado nuestro molde. Para ello, vamos a untar un poquito de mantequilla por los bordes y a cubrir con harina para evitar que la masa se quede pegada. Además, cubrimos la base con un papel de horno. Precalentamos el horno a 180º y nos ponemos con la masa. Paso 2: Preparamos el bizcocho En un bol grande tamizamos la harina (la pasamos por un colador fino). Añadimos el azúcar, la panela, la levadura, la canela, la nuez moscada, el jengibre y la sal. Removemos todo y añadimos los huevos. Mezclamos la masa hasta obtener una textura homogénea. En este momento vamos a añadir el aceite de oliva y a mezclar nuevamente. Por último, echamos nuestra zanahoria rallada y las nueces y ya tenemos lista la masa para verter en nuestro molde. Paso 3: Horneamos Llevamos nuestro bizcocho a hornear a 180º durante 45 minutos (aunque siempre conviene comprobar ya que el tiempo puede variar en función de nuestro horno). Cuando podamos meter un cuchillo en nuestra masa y salga completamente limpio, ¡ya tenemos listo nuestro bizcocho! Paso 4: Preparamos la butter cream Vamos a utilizar nuestra mantequilla atemperada así que o bien la sacamos de la nevera para asegurarnos de tenerla "en pomada" cuando la vayamos a usar, o la derretiremos 30 segundos en un microondas. Mezclamos la mantequilla con el azúcar glas usando una varilla. Cuando esté bien incorporado añadimos el queso crema y el zumo de limón. Paso 5: Montamos la tarta Cuando ya tengamos todo listo, solo nos queda montar nuestra tarta. Podemos optar por la opción más simple y servir el bizcocho con una capa de butter cream por encima o podemos cortar el bizcocho en 2 o 3 capas e ir alternando bizcocho y crema hasta tener nuestra tarta montada. Si quieres darle un toque extra a la decoración puedes terminar cubriendo la tarta con la butter cream y decorar con un poco de ralladura de lima y nueces picadas. Consejo: Si vas a comer la tarta con la butter cream, es aconsejable que primero dejes enfriar el bizcocho durante al menos 2 o 3 horas. De lo contrario, corres el riesgo de que tu crema se derrita al echarla.

  • Fiera

    Este restaurante de " street food " latinoamericana se encuentra en el barrio de Chueca, entre los metros de Chueca y Gran Vía. Ofrecen desayunos, comidas y cenas a precios bastante razonables. Aunque todavía tenemos pendiente probar sus desayunos, después de probar sus platos, tenemos claro que es un sitio al que merece la pena regresar. Recomendamos especialmente sus tacos de gambas y su arroz chaufa , así como terminar con una tarta tres leches . El precio medio ronda los 25-35 €. Se puede reservar a través de su página web: ( https://fieracocina.com/ ). Metros cercanos: Chueca, Gran Vía.

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