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MO de movimiento

  • zampandopormadrid
  • 21 feb
  • 1 Min. de lectura

Este restaurante engloba un proyecto que nos entusiasma: aúna valores como la inclusión social, el respeto por el medioambiente, y un local diáfano y luminoso, con techos altos que le dan una gran amplitud. Y, por si eso no fuera suficiente, tiene una carta variada, con platos para compartir y una cocina muy cuidada. ¡Qué más se puede pedir!


Como no podía ser menos, abogan por un producto de cercanía, apoyándose en los productores cercanos y priorizando los ingredientes ecológicos. Otro detalle que nos encanta es que en cada plato se indica la procedencia de los alimentos, con mención a cada uno de los productores.


Nuestros favoritos: Nos han gustado mucho las focaccias, la burrata artesanal, los raviolis caseros, los puerros al carbón con salsa romescu, la parmigiana... y por supuesto... ¡las pizzas! Y si te apetece terminar con un dulce, sus tartas de queso y chocolate están buenísimas.


El pan, elaborado en su obrador, tampoco hay que perdérselo. Y puedes comprar para llevarte a casa; nosotros cuando vamos siempre salimos con una pistola y una hogaza. Como veis, un local muy recomendable.


El precio medio de este restaurante ronda los 25-35€.


Puedes reservar a través de su web:


Metros cercanos: Gregorio Marañón, Río Rosas, Alonso Cano.


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